Las sobras de alimentos que no puedes aprovechar en casa son perfectos para hacer tu propio abono para el jardín o para las plantas que tienes en el interior o el exterior de la casa.
El abono orgánico se puede hacer reciclando algunos residuos orgánicos que desechamos en la cocina como café, té, hojas y restos de comida como frutas, verduras, vegetales y cáscaras de huevo. También se pueden utilizar residuos de nuestro propio jardín, como restos de poda, hojas y hierbas secas, y estiércol.