El bonsái es una técnica milenaria, originada en China y adoptada por Japón. Las plantas empleadas para formar un bonsái son plantas normales, pero al usar técnicas como poda y alambrado mantienen al árbol en miniatura.
De manera general los bonsáis deben un ubicarse en el exterior, al sol directo. Existen algunos bonsáis que pueden adaptarse al interior de la casa, pero donde reciban mucha luz.
Si el bonsái, pierde su forma y comienza a alargarse hacia la luz, quiere decir que le falta más horas sol. Cambie de ubicación y procure sacar a su planta a tomar sol durante 2 o 3 horas diarias.
El riego debe realizarse en horas de la mañana, no al medio día. Se realiza con una regadera de agujeros finos para no arrastrar el sustrato fuera de la maceta.
Un método usado para riego es cuando el sustrato este ligeramente seco. Otro método es por inmersión, coloque en una bandeja de agua sin que llegue a cubrir la tierra durante 5-10 minutos una vez por mes.
En épocas de mucho sol, el riego es a diario, porque la maceta donde esta plantado tiene un volumen pequeño de sustrato (medio donde se desarrolla una planta) por lo tanto pierde humedad con facilidad. También se puede utilizar en atomizador para refrescar las hojas, dependiendo de la especie y el clima.
La poda consiste en realizar cortes de ramas y hojas viejas para mantener la forma, la poda de mantenimiento se puede realizar durante todo el año. La poda de raíces se realiza una vez por año.
El transplante incluye un cambio de sustrato, poda de raíces se realiza una vez por año, o cada dos años dependiendo de la especie y en arboles más viejos cada 3 a 4 años.
Revisar las hojas, ramas y tallos en busca de alguna insecto o enfermedad. La fertilización (alimentación) ayuda a mantener un árbol sano. En caso de encontrar novedades comuníquese con un profesional para que le sugiera un método para controlarlo.